"No, gracias" es nuestra primer respuesta ante el ofrecimiento de comida en una fiesta, en la cual no conocemos a casi nadie. No es que no querramos, es solo que sabemos que eso despertará a la bestia deboradora que vive en nosotros. La gente insiste, y para que no molesten más, le decimos, "solo una"... Grave error. Cuando nos queremos dar cuenta, ya es tarde. El mostruo salio a la luz. Todas las miradas te apuntan. No hay nada mas que hacer. jajajaja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario